

Aquel verano ella estaba escribiendo un largo poema sobre los sauces ciegos, basado en un sueño que había tenido una noche y tardó una semana en escribir una larga poesía.
Un joven subió a la colina para salvar a la mujer dormida por el polen de los sauces ciegos.
El joven iba subiendo despacio la colina y abriéndose paso entre los frondosos sauces ciegos, era la primera persona que subía la colina desde que los sauces ciegos se habían adueñado de ella.
Con la gorra encasquetada hasta las cejas, el joven avanzaba ahuyentando con la mano las moscas que pululaban a su alrededor. Para ver a la joven dormida.
Para despertarla de su largo y profundo sueño.
-Pero allá en lo alto de la colina, las moscas ya habían devorado el cuerpo de la mujer, verdad?
-En cierto sentido.
Es una historia triste, seguro.
H.Murakami "Sauce ciego, mujer dormida"
2 comentarios:
todo muy profundo!
esa libreta me da miedo!
parece la libreta que le dan al niño que ve espíritus o muertos!
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