

Los ojos del príncipe estaban bañados en lágrimas, y las lágrimas corrían por sus mejillas doradas. Su cara era tan hermosa bajo la luz de la luna que la pequeña golondrina se sintió llena de lástima. -'¿Quién eres?" -le preguntó. -"Soy el Príncipe Feliz".
-"Entonces; ¿por qué lloras?" -dijo la golondrina-, "me has empapado."
-"Cuando estaba vivo, y tenía un corazón humano" -contestó la estatua-, "no sabía lo que eran las lágrimas, porque vivía en el Palacio de Sans-Souci, donde a la tristeza no se le permite entrar. Durante el
día jugaba con mis amigos en el jardín, y en la noche yo dirigía las danzas en el Gran Salón.
"Alrededor del jardín se alzaba una tapia altísima, pero nunca me preocupé por preguntar lo que se encontraba tras ella; todo lo que me rodeaba era tan bello. Mis cortesanos me llamaban El Príncipe Feliz, y en realidad lo era, si es que el placer es la felicidad. Así viví, y así morí. Y ahora que estoy muerto me han colocado a tal altura, que puedo ver toda la fealdad y toda la miseria de mi ciudad, y aunque mi corazón ahora es de plomo, no me queda más remedio que llorar."
Oscar Wilde "El Principe feliz"
No sé por qué esta historia me recuerda al video de Coco Rosie, la animación de este video me parece increible, la historia del principe feliz y la golondrina era una de mis favoritas, porque me encantan las historias tristes y reales..., por lo menos son verdaderas, metáforas de la vida que te hacen pensar en lo cegados que estamos en nuestro propio mundo, nuestra pequeña burbuja cotidiana. Porque resulta imposible mantenerse lo suficientemente alejados para poder mirar más allá de nosotros mismos, por mucho que lo intentemos, siempre acabaremos presos de nuestra propia rutina, y por pereza no hacemos nada, no intentamos entender nada más que lo que nuestros ojos quieren ver.
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